Puede que la llegada de la nieve sea algo fantástico para todos aquellos que disfrutan del esquí, pero la verdad es que tanto la nieve como el hielo suponen un riesgo para cuando vas andando, en coche o en bici. Para los dos primeros no tenemos una solución sencilla, pero para las bicis sí.
Es cierto que siempre puedes poner unas ruedas especiales para la nieve por un precio todavía por determinar, pero no es mucho más sencillo, barato y simplemente mejor utilizar el sistema ideado por Fritz Rice de la compañía Dutch Bike y que consiste en rodear las ruedas con un montón de bridas o abrazaderas de plástico.
Las bridas son lo suficientemente finas como para no provocar que las ruedas estén continuamente rebotando pero permiten una mejora del agarre increíble haciéndote olvidar que bajo ellas hay hielo resbaladizo.
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